“Allá abajo al final del valle, iluminada por el sol, espera cerrada la muralla blanca que llena de brillos las estrellas, y una vez dentro, cruzados sus laberintos de vientos fríos, en las laderas de una fértil loma esta mi hermosa dama, coronada por los duendes del rio, clara como el agua, dulce como el almíbar, profundamente sensible y en cada uno de sus besos habita la recompensa de todas las vidas.
Se desvaneció en los tiempos en los que el amor cizatrizaba en herida…..¡¡¡se fue!!!
Pero si la ves ofrécele lirios, que embellecen su alma, y llenan de lagrimas mi triste delirio
Dile que la amo, que mi amor por ella es eterna poesía,
Y antes de que el amanecer rompa en día, la oigo decirme como susurro dulce que deja el destino
….”te quiero”
Que hermoso Benito, escribes tan tierno y dulce de seguro que tu dama donde quiera que este sabrá que tu la amas y le dedicas tu hermosa poesía, un escrito precioso, es un gran placer leerte querido amigo.
ResponderEliminarBesos feliz domingo.
Precioso texto lleno de poesía, ensueño, generosidad...
ResponderEliminarUn abrazo
mil gracias mi querido y admirado poeta por emocionar nuestros sentimientos con la suprema belleza de tus versos, muchos besinos con todo mi cariño y admiración.
ResponderEliminarEl amor provoca la sensación
ResponderEliminarde placer y dolor a un tiempo,
por ello es tan anestésico,
privativo, generoso y absorbente.
Un abrazo
y engancha
--Me lo envia Toño Blazquez--
ResponderEliminarEntre tus dulces amores
y mi sagaz ironía
bordamos cualquier poesía.
Si tu bordas la belleza
y tienes lo que hay que tener
no te faltará mujer:
a mí es que me da pereza.
Más ten en cuenta una cosa:
de la mujer los amores
cógelos con alfileres:
la realidad no es preciosa.
rezuma dulzura y ternuras este texto
ResponderEliminares de emociones prístinas
me ha dejado sabor de esos poemas clásicos
románticos a morir
Felicitaciones
desde Chile un abrazo