El aire se acopla a la tierra, intentando
evitar que las montañas besen el cielo.
Todo contiene una dulce tarea, una
lucha interna, un paz exquisita.
El rumor latente de la tarde que se va, consagra a las nubes que huyen tristes
y vacías por los espacios desnudos.
El resplandor de mi mirada se embellece con el intranquilo dragón de la madre
naturaleza.
Y pienso en ti
¿estas ahí? –pronuncian en ternura mis labios callados.
Sube a mi frente el goce de tu presencia y aun mirando ya no veo la belleza de
los campos verdes. Apareces descendiendo sobre mis parpados, envejecidos por la
ausencia tus labios.
Extraño hechizo de amor, que vaga en el ocaso de la tristeza.
-¡Soy, el habitante perdido de los senderos tenebrosos que llevan hacia la luna, pero a través de las mazmorras secretas viajare buscando en la
noche estrellada ….tu sonrisa de amor!.
Y al descubrir el tenue velo de tu rostro, mi amante pecho será un lazo de
unión entre tu corazón y el universo.
eternamente
Infinitas gracias querido y admirado poeta por cautivar nuestra alma y seducir nuestros sentidos con tu mágico y bello hechizo de amor.
ResponderEliminarMil besinos de esta amiga que te desea con inmenso cariño feliz fin de semana en compañía de tus seres queridos.
Siempre es gratificante entrar en este silencio de tu sonrisa para leer tus palabras llenas de calidez y sentimiento. Un abrazo
ResponderEliminarWoww, una preciosa poesía!! Qué letras más sentidas y hermosas Benito.
ResponderEliminarUn abrazo grande, querido amigo.